POR LA ABOLICIÓN DE LOS PRIVILEGIOS
Sr. Director:
Este era el texto de una pancarta en la celebración de un mitin de Sarkozy
en la pasada campaña electoral en Francia.
Y viene a cuento por la decisión del Parlamento catalán de gastarse 17.000 euros en tapar el escudo
del Rey Felipe V en la fachada de su edificio. Este escudo, recuerda a aquellos
catalanes que perdieron la guerra civil en 1714, la abolición de sus
privilegios como castigo por su deslealtad hacia el resto de españoles, que
carecían de ellos.
Tener un fuero especial o leyes distintas al común de los mortales, no es
otra cosa que ser un privilegiado entre iguales. Suponía y supone un “resto” de
legislación medieval y del antiguo régimen monárquico contrario a la
modernización social y al concepto de ciudadanía de las modernas naciones.
Pero no fue el castigo el principal motivo para la unificación de los
derechos de los súbditos de la monarquía absoluta de los Borbones de España,
sino la modernización de las estructuras medievales que condicionaban la gestión
unificada e igualitaria del Estado de la Corona con la exigencia constante de
exenciones, concesiones o privilegios donde los nobles o el clero mantenían
poderes bajo la amenaza constante de la rebelión o la traición, como en la
Guerra de Secesión. No es extraño que quienes defiendan sus privilegios
clasistas en Cataluña no soporten el recuerdo desde entonces de esa perdida y
su igualación al resto de ciudadanos de la nación.
Ángel M. Hernández Guardia - Fundador de Socialistas en Positivo y UPyD
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