Rosa Diez declaraba que los siguientes objetivos de UPyD después del Congreso eran ganar presencia institucional a través de las elecciones autonómicas en Cataluña y de las municipales.
“Queremos ser claves en la política española, y para eso tenemos que conseguir ampliar nuestra presencia institucional a base de ampliar la confianza de los ciudadanos en nosotros”.
“Es que la vertebración de España está completamente relacionada con la crisis, con la economía y con el paro”.
Y la vertebración de España tiene mucho que ver con la mayor presencia posible en todo el territorio nacional de un partido nacional con la vertebración de la nación española como objetivo fundamental y principal.
Si la propuesta federalista fue sorprendente, aun resulta mas sorprendente que el Consejo de Dirección adoptase la resolución de impedir la presentación de candidaturas de UPyD para las elecciones municipales que no fuesen autorizadas por el propio Consejo de Dirección aunque hubiese agrupación de UPyD y capacidad para elaborar candidatura en una población determinada.
La argumentación era el miedo de la organización a la presencia de posibles corruptos en las candidaturas, pero muchos pensábamos que el Consejo de Dirección no podía conocer previamente unas candidaturas no elaboradas y que el verdadero motivo era impedir la vertebración del partido con poderes institucionales no controlables por el propio Consejo, al precio de limitar la capacidad de representación y de presencia institucional del propio partido.
Tanto una como otra argumentación, o ambas combinadas han conducido a UPyD a la presentación a nivel nacional, de escasamente 350 candidaturas que alcanzan a unos 250 municipios y en Cataluña solo en 7 localidades. Esto convierte a UPyD en un partido testimonial, residual y minoritario que no puede representar por su realidad presente, a un proyecto con verdadero protagonismo de partido nacional.
La necesidad ciudadana de una alternativa nacional que estructure y una a todos los españoles y que sirvió como argumento para la creación de UPyD, sigue existiendo pero los resultados de la gestión lo han inutilizado como instrumento exclusivo y ponen en evidencia que se necesita de una nueva estructura organizativa que ponga por delante los objetivos declarados, a los intereses organizativos de los egos, o grandes egos que componen los órganos de poder del partido.