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viernes, 27 de diciembre de 2013

SOCIEDAD CIVIL Y DEMOCRACIA


Este pasado fin de mes de Noviembre se ha presentado en Barcelona el llamado “Movimiento Ciudadano”, plataforma que se incluye a sí misma como sociedad civil, aunque todos sabemos y ellos no lo ocultan, que son una plataforma creada por el partido Ciudadanos de Cataluña como instrumento para constituir y extender el partido a nivel del territorio nacional.

No es el único partido que para su creación ha constituido plataformas “civiles” con el único objetivo de la creación de un partido, como sucedió con UPyD y la Plataforma Pro, pero no como producto de un acto de auto organización cívica, sino como decisión previa de un grupo pre organizado en torno a la decisión de organizar un partido, véase “De la calle al Parlamento” de Martínez Gorriaran y con tiempo de funcionamiento tasado a la creación del partido que se pretendía.

En otras ocasiones son los partidos ya organizados y con presencia institucional los que utilizan los modelos de organización de la sociedad civil para camuflar objetivos partidistas o ideológicos o bien controlar o condicionar a las entidades propias de esa sociedad, como ha ocurrido con las dos manifestaciones del 12-O y el 6-D de 2013, en Barcelona con “Som Cataluña, somos España” o la que ha sido política habitual y estratégica del partido socialista en toda España desde 1982 y especialmente en Cataluña, utilizando el modelo “pujolista” de clientelismo subvencionado.

Lo que debía ser el gran “cambio” liderado por el partido socialista, no significo un clímax de activismo social y si el anti clímax de una desmovilización social generalizada y una dispersión social individualizada en busca de ubicación en las redes clientelares del intento de poder hegemónico y que se ha extinguido con la perdida del poder socialista o se ha trasvasado al clientelismo del poder separatista en Cataluña.

El mayor y mejor ejemplo de lo que criticamos está representado en Cataluña por las llamadas entidades culturales y de defensa de la lengua o por la nada espontáneas organizaciónes como la Asamblea Nacional Catalana o Asociación de Municipios Independentistas formada por Ayuntamientos que la financian y que desde posicionamientos supuestamente del tejido social, sus objetivos son conseguir la “tiranía de la mayoría” que opriman a una minoría concreta, siendo este claramente, un objetivo “incivil” y contrario a la democracia sea esta representativa o directa.

La Asociación Movimiento Cívico 12-O denuncia que la pretendida confusión y utilización del concepto de “sociedad civil” por cuenta de instituciones que forman parte del poder instituido o promovidas por este, no deben constituir lo que es el “espacio público” que conforma lo que se denomina sociedad civil sociológica, que por definición es lo que queda fuera del ámbito del poder político, económico, religioso o social que ya disponen de su propio espacio institucional de participación en la redistribución y el control del poder.

La sociedad civil es un instrumento fundamental en la construcción y defensa de la democracia, pero siempre que estén alejados del “neo individualismo despolitizado” o del “movimientismo clientelar” que desvirtúan los caracteres propios de autonomía, auto organización y de afirmación de intereses colectivos y de desempeño de la importante función pública de construcción y defensa de la democracia.

Las entidades de la sociedad civil asociativa y voluntarias, deben ser un “acicate” y un contexto de exigencia precisamente para los partidos políticos y los poderes públicos, allí donde están en crisis, en su función de representación de los intereses sociales y la proliferación de “plataformas civiles” tele dirigidas o con vocación partidista, no contribuye precisamente a fortalecer la democracia.

El tejido de la sociedad civil en una sociedad democrática no siempre actúa con sentido civil, sino que en muchas ocasiones su acción es de carácter “incivil” por cuanto sus agentes no buscan una sociedad basada en los valores de la libertad individual o un orden de libertad que permita hacer posible dicha libertad individual.

Por tanto, consideramos que las entidades de ese tipo pertenecen a la esfera de lo “incivil” y que la creación de plataformas ciudadanas o civiles que responden a intereses partidistas no contribuyen a la necesidad de regeneración política que la sociedad democrática demanda permanentemente. Tampoco la infiltración o suplantación del tejido asociativo civil por parte de los poderes públicos institucionales o privados, ayuda a mejorar la calidad democrática de la sociedad por cuanto la corrompe con intereses clientelares facilitando la creación de un orden social “despolitizado” y desafecto que facilita el control anti democrático por parte de las minorías totalitarias y excluyentes, desde las mismas instituciones públicas.

Nuestra misión social y cívica es luchar en su contra.


Ángel Hernández Guardia – Presidente de Moviment Cívic 12-O

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