La capacidad para ofender del nacionalismo es consustancial a su ideología, ya que solo quiere ver el mundo desde “lo propio” como algo superior al resto.
Aunque aquellos que tienen por soporte ideológico el “buenísimo”, que no se sabe si suben o bajan, que buscan la corrección política siempre y que se ponen de pie en la taza del water y con papel de fumar, resultan también indignantes.
Los intolerantes atacan a los símbolos de los demás con la intención de ofender y en ocasiones a la persona que para ellos simboliza lo que odian, como ocurrió en la UAB con Rosa Diez y en cambio consideran intolerable en los otros lo que para ellos es consustancial, sobre todo sus iconos y simbología.
Viene esto a cuento de lo escrito por Viçens Villatoro, periodista y político “pujolista” profesional, y ex Director General de Promoción Cultural de la Generalitat en el periódico subvencionado Avui http://paper.avui.cat/article/opinio/186843/trossos.html
Como si las “balanzas fiscales”, el “expolio”, etc. no fuesen recurrentes en los políticos de Cataluña sin que el resto de españoles se hayan desgarrado las vestiduras. Miente cuando asegura “que todo lo que viene de Cataluña y del catalanismo es visto con recelo en el resto de España”; lo que viene del catalanismo, seguramente, y hacen bien pero no lo que viene de Cataluña. Intentar identificar Cataluña con el catalanismo es ofensivo para mucho más que la mitad de los catalanes, objetivo habitual del catalanismo transversal.
Miente y ofende la inteligencia de más de la mitad de los catalanes cuando afirma que “vamos en las maquinas del barco español” cuando todos sabemos que en las maquinas de ese barco nunca han ido Jordi Pujol, Mas, Duran Lleida, Vidal-Quadras, Alicia Sánchez, Millet, Prenafeta, Estivill, o los jueces del TC de “fidelidad” catalanista. En las maquinas van los parados, los pobres, los desposeídos españoles desde Cataluña hasta Extremadura. Pasando por Galicia. Ese victimismo ofende a más de la mitad de catalanes.
Ofende que amenace con preguntas retóricas sobre “si pueden llegar al puente de mando o tendrán que bajar y cambiar de barco” pues todos sabemos que lo que esta diciendo es que o mandan ellos o se bajan del barco. Eso suena a motín y en los barcos ya se sabe, los motines acaban en el calabozo, en la horca o en la “pasarela de los tiburones”. Ofende a más de la mitad de españoles y a su pesar “no pasa nada”.
Aunque aquellos que tienen por soporte ideológico el “buenísimo”, que no se sabe si suben o bajan, que buscan la corrección política siempre y que se ponen de pie en la taza del water y con papel de fumar, resultan también indignantes.
Los intolerantes atacan a los símbolos de los demás con la intención de ofender y en ocasiones a la persona que para ellos simboliza lo que odian, como ocurrió en la UAB con Rosa Diez y en cambio consideran intolerable en los otros lo que para ellos es consustancial, sobre todo sus iconos y simbología.
Viene esto a cuento de lo escrito por Viçens Villatoro, periodista y político “pujolista” profesional, y ex Director General de Promoción Cultural de la Generalitat en el periódico subvencionado Avui http://paper.avui.cat/article/opinio/186843/trossos.html
Como si las “balanzas fiscales”, el “expolio”, etc. no fuesen recurrentes en los políticos de Cataluña sin que el resto de españoles se hayan desgarrado las vestiduras. Miente cuando asegura “que todo lo que viene de Cataluña y del catalanismo es visto con recelo en el resto de España”; lo que viene del catalanismo, seguramente, y hacen bien pero no lo que viene de Cataluña. Intentar identificar Cataluña con el catalanismo es ofensivo para mucho más que la mitad de los catalanes, objetivo habitual del catalanismo transversal.
Miente y ofende la inteligencia de más de la mitad de los catalanes cuando afirma que “vamos en las maquinas del barco español” cuando todos sabemos que en las maquinas de ese barco nunca han ido Jordi Pujol, Mas, Duran Lleida, Vidal-Quadras, Alicia Sánchez, Millet, Prenafeta, Estivill, o los jueces del TC de “fidelidad” catalanista. En las maquinas van los parados, los pobres, los desposeídos españoles desde Cataluña hasta Extremadura. Pasando por Galicia. Ese victimismo ofende a más de la mitad de catalanes.
Ofende que amenace con preguntas retóricas sobre “si pueden llegar al puente de mando o tendrán que bajar y cambiar de barco” pues todos sabemos que lo que esta diciendo es que o mandan ellos o se bajan del barco. Eso suena a motín y en los barcos ya se sabe, los motines acaban en el calabozo, en la horca o en la “pasarela de los tiburones”. Ofende a más de la mitad de españoles y a su pesar “no pasa nada”.
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