Ayer decía que el curso político que se inicia en Cataluña se presenta apasionante para quienes somos apasionados de la política.
Hoy afirmo que además será caldeado y convulso. Los catalanes tenemos ante nuestro futuro inmediato una situación económica, social y política preocupante.
Los políticos y los partidos "establecidos" en Cataluña se bastan para crear artificialmente problemas donde no los había (Ley Organica de reforma del Estatuto, y sus aplicaciones como la LEC, la financiación bilateral y las medidas de violación de derechos fundamentales de los ciudadanos como ejemplos), sino que además Gobierno, Parlamento y Partidos se plantean ahora un chantage sedicioso a la legalidad constitucional y democrática en algo semejante a las reformas constitucionales bananeras de caudillos sudamericanos o emulando actuaciones de infausta memoria histórica como en 1934 o 1936.
Pero todo lo anterior, solo es cortina de humo para distraer a la ciudadanía, en un intento de tapar sus ojos con la bandera, una vez más y eludir sus graves responsabilidades.
El primordial y principal problema de los catalanes se llama crisis económica; la global, la propia española y la histórica de la autonomía. Un modelo económico equivocado, una falta de políticas e inversiones en infraestructuras y la busqueda neurotica de culpables exteriores han conducido a la región a la situación actual: estar a la cabeza del pelotón de los torpes con más parados, con más deficit, con más deuda y con más problemas. CiU (Pujol) y PSC (Maragall y Montilla) son quienes han gobernado y quienes tienen que responder de esta situación.
Que se pongan las pilas por el bien de todos.
martes, 1 de septiembre de 2009
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